lunes, 25 de agosto de 2014

El revelador terremoto de México


21.9.1985 - œAl amanecer del dá¡áa 19 de septiembre, la tragedia
aletea sobre Má‚áxico. Poco despuá‚ás de las 7, hora local, un seá¡ásmo
con una intensidad de 8,1 en la escala de Richter, sacude los
estados de Guerrero, Jalisco, Michoacá án y Oaxaca, ademá ás del
Distrito Federal, que resulta ser el má ás afectado por el movimiento
sá¡ásmico. Durante dos minutos sobrecogedores, los 18 millones de
ciudadanos del D. F. sienten temblar el suelo de la capital
mexicana y contemplan atemorizados el negro espectá áculo que se
despliega a su alrededor. La ciudad queda prá ácticamente incomunicada
a causa del derrumbamiento de las instalaciones y antenas de las
principales emisoras de radio y televisiá¢án, asá¡á como de la central
telefá¢ánica de Má‚áxico-San Juan. De ahá¡á que sean los radioaficionados
y algunas cadenas de TV estadounidenses y centroamericanas quienes
transmitan las primeras noticias sobre la catá ástrofe. Con poste­rioridad, el canal 13 de la televisiá¢án mexicana, el á£ánico respetado
por el seá¡ásmo, difunde las primeras imá ágenes del escenario del
suceso, las cuales permiten calibrar la magnitud del desastre. Se
encuentra en estado ruinoso o semi-ruinoso aproximadamente un
tercio de la capital mexicana; no hay luz ni agua; los sistemas
de alcantarillado se han roto en muchas zonas, y motean la ciudad
incendios de mayor o menor envergadura provocados por las fugas
de gas.
En seguida se inician las tareas de rescate y bá£ásqueda de super­vivientes, en las cuales colaboran unos 50 000 voluntarios. El
presidente de la naciá¢án, Miguel de la Madrid, despuá‚ás de dirigir
unas frases de aliento a la poblaciá¢án, encomienda a las fuerzas
de seguridad y al ejá‚árcito la puesta en marcha de servicios
má¡ánimos de sanidad y comunicaciá¢án, asá¡á como la vigilancia de las
calles para evitar en lo posible el pillaje.
En los dá¡áas siguientes, se hacen pá£áblicas las primeras cifras
oficiales de vá¡áctimas: má ás de 5 000 muertos, unos 10 000 heridos,
otros tantos desaparecidos y alrededor de 350 000 damnificados.
Los edificios derruidos, semiderruidos o daá¤áados suman má ás de 600.
Los mensajes de condolencia y las muestras de solidaridad inter­nacional no se hacen esperar. El rey de Espaá¤áa, don Juan Carlos
I, expresa su pesar en estos tá‚árminos: "Compartimos vuestro
dolor, elevamos nuestras plegarias por los desaparecidos, nos
unimos a vuestro llanto y lo hacemos nuestro, con la esperanza de
que pronto cicatricen las heridas y la reconstrucciá¢án de vuestros
hogares comience a ser una realidad." En pocos dá¡áas llegan a
Má‚áxico aviones de diversa procedencia, que transportan hospitales
de campaá¤áa, medicamentos, equipos de demoliciá¢án y rescate, maquinaria,
vehá¡áculos, ropa, mantas, alimentos y otros enseres á£átiles. Ademá ás,
la Cruz Roja hace llegar al paá¡ás 300 millones de pesetas, y otros
organismos internacionales conceden cuantiosas sumas en concepto
de ayuda financiera de emergencia. Entre otras iniciativas,
algunas figuras del espectá áculo, como Plá ácido Domingo, Julio
Iglesias, Steve Wonder y James Brown, manifiestan su intenciá¢án de
celebrar un festival en Los Angeles en pro de los damnificados.

”Edificios modernos y sin medidas antisá¡ásmicas: los grandes caá¡ádos

Otra muestra de idá‚ántico problema•

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