viernes, 22 de agosto de 2014

El Tigre del Maestrazgo


Espaá¤áa, 6.7.1840 -œ La guerra carlista
llega a su tá‚ármino. Buena prueba de e­llo es la marcha a Francia de Ramá¢án C­abrera y Griá¤áá¢á, el Tigre del ¬Maes¬tr¬a­zgo.
Cabrera se enrolá¢á en las filas carli­s¬tas del Maestrazgo en 1833. Tuvo un
rá ápido ascenso, que lo convirtiá¢á en c­oronel, a las á¢árdenes de Carnicer, y
en comandante interino del Bajo Ara¬g­á¢án al morir á‚áste.
El fusilamiento de dos alcaides prov­o¬cá¢á la represalia cristina, que fusi­lá¢á a su madre (16.2.1836). Entonces,
Ca¬brera iniciá¢á una represiá¢án sangrie­nta, iniciada con el fusilamien¬to de
cuatro mujeres, que le ganá¢á el apela­tivo de Tigre del Maestrazgo. Má ás ta­rde, rea¬lizá¢á algunas correrá¡áas por A­ndalucá¡áa y Extremadura, tras lo que s­e le volviá¢á a llamar al Maestrazgo, d­onde tuvieron lugar dos de los episo­dios má ás sangu¬inarios: la muerte a b­ayonetazos de los prisioneros de San
Mateo, y los fusilamientos de Burjas­ot, contemplados por Cabrera en medio
de una orgá¡áa.
En 1837 acompaá¤áa al pretendiente Car­los en su expediciá¢án contra Madrid, p­ero tras la derrota de Aranzueque, r­egresa otra vez al Maestrazgo, se ap­odera de Morella (1838) e instala al­lá¡á una es¬pecie de capital, con admin­istraciá¢án propia. La defensa de More­lla le vale el ascenso a teniente ge­neral y el tá¡á¬tulo de conde de Morell­a. El fin de la guerra en el norte (­abrazo de Verga¬ra, 31.8.1839) per¬mite
concen¬trar las tropas reales con¬tra C­abrera. La solu¬¬¬ciá¢án es fá ácil. ¬Francia
está á cerca.

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