Hoxha y la peculiar vía albana

Tirana (Albania), 11.4.1985 - œHa fallecido hoy en Tirana, a la
edad de 76 aá¤áos, el jefe del estado de Albania y Secretario
General del Partido Comunista albaná‚ás, Enver Hoxha, padre (en el
má ás amplio sentido de la palabra) de la moderna independencia de
Albania.
Albania, el paá¡ás má ás enigmá ático de Europa, enclavado en un rincá¢án
de los Balcanes, a orillas del Mediterrá áneo, tiene menos de 30
000 kilá¢ámetros cuadrados y dos millones y medio de habitantes.
Terminada la á£áltima guerra mundial, el pequeá¤áo estado balcá ánico
cayá¢á en manos de los comunistas, dirigidos ya entonces, con mano
de hierro envuelta en terciopelo, por el sagaz e intransigente
Enver Hoxha. Una alta virtud, la del coraje personal, que ni
siquiera le niegan sus má ás enconados enemigos, hizo muy pronto de
este campesino letrado un verdadero há‚ároe popular. Enemigo de
todo lo que oliera a capitalismo, por muy vagamente que fuera,
Hoxha cerrá¢á su paá¡ás a cal y canto frente a cualquier influencia
forá ánea que no obedeciera estrictamente a las reglas del marxis­mo-leninismo má ás clá ásico y ortodoxo. La polá¡ática revisionista de
Kruschev lo llevá¢á, sin embargo, a romper con la URSS, aliá ándose
en su defecto con los chinos. Al morir Mao, el proceso se repitiá¢á,
y Albania se mantuvo casi aislada del mundo en general.
El peculiar comunismo de Hoxha, que ha hecho de Albania el á£ánico
paá¡ás constitucionalmente ateo del globo, ha constituido, acaso,
un pesado lastre para la modernizaciá¢án del estado albaná‚ás, pero
tambiá‚án ha tenido, y tiene, unos cuantos aspectos positivos. En
Albania no existe el paro, se desconoce el hambre y la vida es
idá¡álicamente apacible, aunque tambiá‚án, sin duda, aburrida. Con la
muerte de Hoxha se abren grandes signos de interrogaciá¢án en
cuanto al futuro de este atá¡ápico y cerril estado marxista.